sábado, 20 de marzo de 2010

la navaja

Una navaja en el bolsillo,
No un cuchillo de cocina claro, ni una de esas navajas de delincuentes con hoja bloqueada. Tampoco una navajita. Digamos , una opinel n°6, o una laguiole. Una navaja que hubiera podido ser la del un hipotetico y perfecto abuelo.
Una navaja que meteria en su pantalon de pana, color chocolate con acanalado ancho .Una navaja que sacaria de su bolsillo a la hora de almorzar, picando con su punta las rodajas de salchichon, pelando despacito su manzana. Con el puño plegado directamente sobre la hoja. Una navaja que hubiera cerrado con un gesto amplio y ceremonioso, despues del café bebido en un vaso, y eso hubiera significado para cada uno que ya era ora de retomar su trabajo.
Una navaja que uno hubiera encontrado maravillosa si fuera niño : una navaja para el arco y las flechas, para esculpir la espada de leño, aquella navaja que a mis padres le parecia demasiado peligrosa cuando era era niño.


Pero una navaja para qué ? Porque ahora ya no estamos en el tiempo de ese abuelo , y ya no somos niños . Una navaja virtual entonces, y este pretexto irrisorio :

Pues si que puede servir para muchas cosas, de paseo , de picnic, y mismo para chapucear si le faltan a uno herramientas.

No servira, uno lo sabe bien. Pero el placer no está ahi. Placer absoluto de egoismo : Una bonita cosa inutil de madera calida, o de nacar liso , con el signo cabalistico en la hoja que hace a los verdaderos iniciados : Una mano coronada, un paraguas, un ruiseñor, la abeja sobre el mango. Ah , si que el esnobismo es sabroso cuando se lia a ese simbolo de vida simple . En la epoca de la internet es el lujo rustico. Un objeto enteramente así, que infla inutilmente el bolsillo, y que uno saca de vez en cuando, nunca para servirse de el, pero para tocarlo, para la beata satisfacción de abrirlo y volver a cerrarlo. En ese presente gratuito el pasado duerme. nos sentimos por unos segundos el abuelo bucolico con bigotes blancos y el niño cerca del agua en el olor del sauce.
Mientras abre y cierra la hoja, uno ya no está entre dos edades, pero es a la vez las dos edades -ese es el secreto de la navaja…

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