martes, 24 de febrero de 2009

DE ARAÑAS Y LUCIERNAGAS


La noche se ha tornado un espectáculo de luciérnagas compitiendo con el cielo estrellado del verano que despunta.Juntas aparecen como pequeños destellos vivos jugando a la escondida aquí y allá en el monte y la hojarasca.Yo bebo el vino recostado sobre la vieja corteza de aquel enorme álamo criollo, en tanto, ayudado por una de esas linternas chinas de cabeza, pretendo leer una de las “Ventanas sobre una mujer” de Eduardo Galeano.La evolución de las pequeñas lucecitas por momentos me distrae.Además desde largo rato las tripas empezaron a reclamar la ración.Hace calor, los mosquitos y jejenes afortunadamente se han tomado franco, solo las luciérnagas llenan de luz y color el crepúsculo danzando por doquier.En un momento más recogeré el fusil, caminaré hasta el río y acecharé alguna presa que bajará de los cerros a beber el agua fresca.Será un instante, como un relámpago nuestros destinos se cruzarán y para la bestia será el segundo definitivo. Pienso en el destino y hecho una mirada a las luces bailarinas. Ahora pienso en el destino de las luciérnagas. El recinto es oscuro y húmedo, de repente un fino haz de luz crepuscular llega hasta aquellos cientos de ojos desde la entrada de la madriguera.Se siente bien en aquel tronco centenario, allí en el fondo de esa grieta sombría, con todas sus patas encogidas. Así ocupa menos espacio, así aprendió de acechos con sus antepasados. De cuando en cuando siente vibrar las fibras pegajosas que apenas rozan sus patas y dentro de su cuerpo sucede el milagro de la atención plena, todos los sentidos se encienden..- Ha sido el viento - decide y vuelve a su letargo.No hay infiernos en aquellas fantasías solo algunas veces le inquieta el ánimo la visión de aquellos seres que siempre intentan aplastarla.La brisa penetra por un resquicio y la despierta definitivamente.Las finas hebras vibran nuevamente y esta vez no hay dudas.Se vuelve feroz, letal combatiente, prestas las armas, afiladas mandíbulas y jugos que envenenan y digieren...Esta noche cenará una de aquellas luces que se ha enredado en su tela...

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