domingo, 27 de septiembre de 2009

un infierno que estuvo encantador!!!!!

Buenos días en este Hermoso Día (que va a ser)!!!! Desde un Universo Redondo inmerso en un Mundo Cuadrado te esta hablando uno más de los tantos discípulos de la religión, en la cual (a diferencia de las convencionales) no somos indefensos corderitos sometidos a que los otros nos chupen hasta el último centavo.

Nuestro Dios Solari no saca provecho de nosotros, porque en definitiva, a la hora de ver crecer las flores desde abajo, a él también lo van a almorzar los gusanos.

Tengo buenas noticias, hoy no voy a necesitar robar puta guita para poder asistir a la misa del 19. No voy a necesitar robar nada, ni siquiera un bondi que desvíe su camino a Finisterre, para dirigirnos a Salta Capital. Tampoco voy a necesitar una sagrada remera rockera a la que nadie va a escuchar, una botella para bardear a los ratis, un auto guapo que venga a buscarme, ni un toque por si las moscas van al recital. Ni siquiera voy a necesitar las estrellas ahí nomás para romper las cadenas del dolor como un preso político y escapar de ésta cárcel, en caso de que caiga tal como ocurrió con Wálter. Sólo voy a necesitar lo que yo ya tengo: esas banderas, sedas de sedas, que llevo en mi corazón, esa pasión ricotera que hace poguear hasta al payaso de la Cajita Feliz.

Mi perro me espera en casa, y mi amor -que no viene de Francia, es bien criolla- duerme en mi cama hasta mi regreso. Alrededor del reloj, el tiempo se nos está pasando lento, y bueee, Un Recital De Los Redondos Cuesta Tiempo De Espera... tal como Vivir Cuesta Vida. Tantos rockeros bonitos y educaditos se van a morir escuchando el noticiero para ver qué pasó ese viernes, y van a esperar ver el recital por su t.v. führer (ji-ji-ji!!!). Para otros, éste va a ser sólo un efímero capítulo más en la historia, pero para nosotros va a ser Patricio Rey regalándonos una vez más un pedazo de estrella lujosa, como si realmente las bandas comiéramos de la real manzana.

Tal como aquel River de años atras, plagado de pibes de los astilleros y de hijas de fleteros, de negritas que bailan hasta el fin, de tipos de que no enceran nunca su bastón y que tienen cigarros de los que no caen cenizas, de tipas rapaces, de negros Atilas y de amigos groggies sin destilar, y con sheriffs en las puertas pretendiendo masacrar a los renegados hijos de Alí Babá. Recordemos, amigos, que no vale nada ser la nueva banda si andamos trepando radares militares. Somos parte de éste carnaval (no vamos a decir que no), pero procuremos no alimentar a la emulación a la que adhieren casi todos los argentinos. Reconozcamos que somos seres humanos y que, por lo tanto, el infierno de Luzbelito es un espejo para nuestra vergüenza, pero aún así: no transemos, rajemos del cielo y seamos simplemente Las Bandas del Indio Solari. Somos los hijos de puta que van a beber de sus aguas y, ya sabemos, los hijos de puta no descansan nunca. Pase lo que pase afuera,
ADENTRO FIESTA

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